Tomando Cuba como ejemplo, este texto se propone discutir la importancia de la economía y del sistema de la organización del trabajo (remunerado) para el desarrollo sostenible de una sociedad. El caso cubano demuestra que la negligencia de problemas económicos y el énfasis puesto en una politica distributiva del Estado sin fundamento, son algunos de los problemas claves de todos los proyectos alternativos al capitalismo hasta ahora conocidos. En el caso cubano, las consequencias de este defecto —una precaridad generalizada y un deteriorio dramático del valor del trabajo remunerado— provocan un proceso de desintegración continuo de la sociedad. Por su escasa eficiencia económica, el ejemplo de Cuba enseña que las sociedades precarizadas no ofrecen un fundamento suficientemente estable para construir sobre ellas alternativas deseables y sostenibles a los excesos de los imperativos de crecimiento de un expansivo sistema capitalista que destruye el medio ambiente y la integración social.