El presente artículo pretende problematizar el papel que tradicionalmente ha dado la antropología a poblaciones indígenas como objetos de estudio, donde es resaltada (o exagerada) su posición de victimas ante el sistema mundial, descartando modos de apropiaciones y transformaciones que como sujetos realizan. Para lo anterior, serán expuestos autores considerados clásicos para la antropología que suscitaban sentimientos de urgencia ante la posible pérdida de su objeto de estudio, los cuales heredamos hasta hoy en día en nuestra profesión, procurando contrastarlos con autores y etnografías más contemporáneas que cuestionan el pesimismo sentimental que acompañó la etnografía y antropología desde sus inicios. Estas últimas son expuestas como herramientas metodológicas para ayudar a que antropólogos iniciantes reflexionemos a la hora de vivenciar en la práctica las relaciones establecidas entre el mundo indígena y el de los blancos.