Durante muitos séculos da história ocidental, a tradição filosófica vem atribuindo aos gênios toda a responsabilidade pela criação artística, compreendendo esta última como um desdobramento necessário e, portanto, inevitávelresultante da inspiração transcendental e da personalidade peculiar característica de alguns poucos sujeitos iluminados. Em linhas gerais, os principais expoentes da história da filosofia ocidental, de Platão até Hegel, conceberam o gênio como preceptor daquelas consideradas como sendo as mais belas obras já produzidas pela humanidade. Somente a partir do segundo quartel do século XIX,Marx e Engels romperam radicalmente com esta concepção, compreendendo a arte e o artista, não como singularidades puras manifestas no mundo médiumda relação entre o transcendental e o material, mas como sujeitos históricos, fruto e expressão das contradições sociais inerente às sociedades de classes.
Durante muchos siglos de la historia occidental, la tradición filosófica viene atribuyendo a los genios toda la responsabilidad por la creación artística, comprendiendo esta última como un desdoblamiento necesario y, por lo tanto, inevitable resultante de la inspiración trascendental y de la personalidad peculiar característica de algunos pocos sujetos iluminados. En líneas generales, los principales exponentes de la historia de la filosofía occidental, desde Platón hasta Hegel, concibieron el genio como preceptor de aquellas consideradas como las más bellas obras ya producidas por la humanidad. Sólo a partir del segundo cuartel del siglo XIX, Marx y Engels rompieron radicalmente con esta concepción, comprendiendo el arte y el artista, no como singularidades puras manifestadas en el mundo médiumde la relación entre lo trascendental y el material, sino como sujetos históricos, fruto y expresión de las contradicciones sociales inherentes a las sociedades de clases.