El baño constituye una instancia privilegiada para el marcaje de los cuerpos y la segregación espacial del género; la normativización que rige nuestra actuación continuamente en esos higiénicos recintos, opera sobre una base que anula cualquier signo de ambigüedad, que se ve reforzada por una serie de arreglos espaciales y normativas institucionales, así como de acuerdos implícitos, es decir, de lo dicho y lo no dicho. Siguiendo la analítica foucaultiana del discurso, nos dedicaremos a abordar algunas de las dificultades que conllevan ese estamento público que supone el baño, así como sus arreglos tácitos. El presente texto busca identificar y analizar estos elementos en el contexto costarricense, para lo cual se utilizará la experiencia que tuvimos las personas sustentantes de la presente propuesta en el marco del día por la despatologización de las identidades trans (25/10/13), en el cual se llevó a cabo una intervención directa en baños públicos de la Universidad de Costa Rica, generando todo tipo de reacciones adversas que dan pie a algunas de las reflexiones aquí compiladas.