El libro de Joaquín Algranti y Damián Setton constituye una apuesta compleja para conocer el modo en que se habitan y se componen diversos mundos religiosos de la Argentina contemporánea, interpelados por el problema de la clasificación-inclasificación. Este punto de partida contiene dos premisas. La primera es que la estructura de los mundos religiosos comprende “la producción activa de identificaciones imperfectas” que pueden ser captadas en diferentes zonas de encuentro entre distintos agentes sociales.