Desde la transición democrática de Argentina en 1983 comenzaron a surgir distintos movimientos sociales, los cuales fueron configurándose como actores sociales y políticos a través de diversas movilizaciones y protestas colectivas. A fines del siglo XIX las organizaciones de mujeres y feministas también ganaron espacio dentro del escenario político, como forma de resistencia y de constante lucha por sus derechos y la igualdad de género. Estos procesos sociales conllevan al fortalecimiento de la democracia participativa y del movimiento en la búsqueda de las mismas condiciones y oportunidades entre ambos géneros con la finalidad de contrarrestar las desigualdades. El objetivo de este trabajo es demostrar el fortalecimiento de la democracia participativa a partir de las acciones de los movimientos sociales, en especial de los movimientos de mujeres y feministas, en base al pilar de la democracia participativa. También, se buscará brindar la posibilidad de seguir reflexionando acerca de cómo el movimiento de mujeres y feministas pueden funcionar mejor si tuvieran como apoyo políticas públicas que las impulsen dentro de este espacio participativo para el desarrollo. En esta perspectiva, la metodología empleada está fundamentada desde el análisis teórico de la literatura y bibliográfico de documentos y páginas oficiales de las organizaciones, con el intuito de lograr los resultados esperados. Por último, se presentarán los potenciales argumentos y consideraciones finales acerca de la trayectoria y del fortalecimiento de estas organizaciones en base a la democracia participativa.