El presente trabajo se pregunta por la supuestamente natural correlación entre libertad y paz, dos de los valores supremos para la convivencia tanto estatal como interestatal (y con ello por la coherencia normativa de los mismos). Tomando como objeto de análisis la grandeza de Atenas tal y como aparece desarrollada en la obra del gran rétor clásico Isócrates, la conclusión a la que se llega es dramática para dicha convivencia. La libertad, en efecto, al producir naturalmente hegemonía, se muestra más afín a la guerra, de la que obtiene más potencia y por ende más grandeza, que a la paz, y muestra en ese magno ejemplo la fragilidad constitutiva de los sueños con los que los seres humanos damos forma a un mundo mejor.