Las sociedades democráticas velarán por la protección de los derechos del menor y la garantÃa de su libre desarrollo. Estos objetivos constituyen el eje central del sistema educativo. Comportan exigencias de distinta Ãndole vinculantes para la actuación de los poderes públicos en el ámbito en cuestión. La educación deberá proporcionar una información lo más neutra y exhaustiva posible acerca de los distintos sistemas de valores, preservar el equilibrio psicológico del menor eventualmente afectado por la intervención educativa de sujetos con presupuestos culturales contradictorios, asegurar el reconocimiento de la cultura identitaria del menor y dispensarle conocimientos que le permitan optar razonablemente entre distintas opciones de vida, mostrándole las ventajas que para su propia realización personal tiene la cooperación social.