A partir de las categorías analíticas interpretativas del debate decolonial, en este trabajo quiero poner en evidencia algunos de los condicionamientos geopolíticos y geoepistémicos que subyacen al proceso que se inició en el año de 1999, con el reconocimiento en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de los derechos colectivos sobre la tierra que ancestralmente ocupan los pueblos indígenas y que una década después ha derivado en una serie de demarcaciones de tierras y la elaboración de mapas.