La división inaugural entre conciencia e inconsciente remite a una alteridad del psicoanálisis, que funda su ontologÃa, y alcanza sus nociones, sus modelos y sus criterios de cientificidad.
Esta alteridad requiere ser abordada desde una racionalidad especÃfica: una lógica de la paradoja, que permite aprehender los contrarios constituyentes de la alteridad como complementarios y no excluyentes.
La autora desenvuelve la cuestión de como la intrincación entre lo mismo e el otro deviene tan compleja, excediendo a una comprensión racional neta, no habiendo lÃmites precisos entre una carga de sentido e otra nueva. Ésto, que para ella, es la capacidad creativa de las nociones en psicoanálisis, es necesario para bordearse un objeto que no cesa de ofrecer resistencias e emprender una reflexión acerca de la especificidad de los modelos en psicoanálisis e del diálogo interdisciplinario.
La autora cree que la paradojalidad asà como lo negativo delimitan una epistemologÃa especÃfica para el psicoanálisis, y cuando integra en el ámbito universitario, la explicación de sus modelos y del uso lógico que se hace de ellos puede realimentar la propia reflexión con elementos que contribuyan a la especificidad de la metodologÃa de la investigación.