La creación intelectual hoy en dÃa está entre dos polos, un espacio de libertad, que contribuye a la creación autónoma e independiente y que favorece por lo tanto el desarrollo de nuevas teorÃas que no necesariamente se adcriben al pensamiento dominante, pero cuyo financiamiento y difusión es pobre y limitado y cuyo reconocimiento no es siempre masivo y menos inmediato. En el otro polo se encuentra aquel espacio de restricciones impuestas por la ideologìa dominante pero que cuenta con el financiamiento necesario para el desarrollod e investigaciones y publicaciones. El presente artÃculo está orientado a mostar como algunos cientistas socieles fueron capaces de ponerse en el lado de los que producÃan autónomamente, poniendo no sólo en riesgo el financiamiento y el reconocimiento, sino la vida. Esta es una invitación a los intelectuales de hoy a volver a creer a volver a crear.