Comenzar es difÃcil y tal vez lo sea por lo ilusorio del concepto mismo de inicio; pero, como dirÃa Rilke (1) ``el que algo sea difÃcil es un motivo más para hacerlo Ì Ì lo cierto es que cuando tenÃa 15 años leà por primera vez las 6 obras de Strindberg compiladas por Antón Arrufat (2) y desde entonces quedé fascinada, pero no era solo fascinación, al leer las obras de Strindberg algo me dolÃa. Y es que desde este inicial acercamiento sentà aun sin conocer dato alguno de la biografÃa de Augusto, el autor sufriente y obsesionado que se desnudaba tras móviles de argumentación muchas veces recurrentes.