This article argues that while public policy of memory are not a natural property of the Rule of law, it does condition the quality of the democratic system, which is what determines the well-being of citizens to be guaranteed by the state. The author argues the absence of the duty to remember and supports the importance of considering the remembrance of past traumatic political as a civil right whose exercise the state must guarantee since it affects the welfare of many of its citizens, and is an ethical heritage whose conservation and protection enriches citizenship. It defines this heritage as “democratic memory” and tells the gestation of this concept in 2004.
Este articulo sostiene que si bien las políticas públicas de memoria no son una propiedad natural del Estado de derecho, sí condicionan la calidad del sistema democrático, que es lo que determina el bienestar de los ciudadanos que debe ser garantizado por el Estado. El autor argumenta la inexistencia del deber de memoria y sostiene la importancia de considerar la memoria de los pasados políticos traumáticos como un derecho civil cuyo ejercicio el Estado debe garantizar puesto que afecta al bienestar de muchos de sus ciudadanos, y constituye un patrimonio ético cuya conservación y protección enriquece la ciudadanía. Define este patrimonio como la «memoria democrática» y relata la gestación de este concepto en 2004.