Una de las características de las sociedades occidentales contemporáneas es la polarización social e ideológica. Esta última se refiere a la tendencia a adoptar posiciones extremas en temas políticos y éticos. La polarización se refleja con toda claridad en los debates bioéticos, especialmente en los temas tocantes al principio y el final de la vida. El autor sostiene que los agrios desacuerdos morales en algunos temas no excluyen la consolidación de acuerdos. La búsqueda de consensos es irrenunciable si queremos promover el respeto mutuo y la cooperación social. El artículo examina las raíces de los desacuerdos existentes en la bioética del final de la vida y propone tres temas en los que es posible consolidar consensos: la adecuación de esfuerzo terapéutico, la planificación anticipada del cuidado médico al final de la vida y la asistencia espiritual al paciente terminal. La reflexión teológica, fundamentándose en los valores propios de la tradición cristiana, tiene la responsabilidad de contribuir a la consolidación de consensos.