En este artÃculo analizamos las diferentes fases de la relación del
movimiento de la Escuela Nueva con la llamada “nueva pedagogÃa
españolaâ€. En la primera fase (1936-1949), las caracterÃsticas
predominantes fueron el repudio y el silencio. No sólo se criticó a
la Escuela Nueva, sino que también se la invisibilizó. En la segunda
fase (1950-1962), la generación más joven de pedagogos españoles–
aquellos que se formaron al final de la década de los años cuarenta-
iniciaron la reconstrucción del movimiento de la Escuela Nueva. Al
haberlo redescubierto, les entusiasmó, reservándole el cariño que
normalmente se guarda para los descubrimientos personales. Ellos
fueron los que formularon nuevas interpretaciones de conceptos
clásicos, como el de “actividadâ€, que habÃan sido los Ãconos
lingüÃsticos de las nuevas tendencias pedagógicas. En la tercera
fase (1963-1976), hubo un intento generalizado de apropiación
de algunos de los elementos dominantes en la cultura pedagógica y en la cultura escolar de las primeras décadas del siglo XX. Las
reformas legales, las publicaciones profesionales y la práctica
escolar se impregnaron con términos que procedÃan y recordaban al
movimiento de la Escuela Nueva.