La historia de la traducción en España está íntimamente relacionada con la historia de la lengua. Los orígenes de ésta se remontan a la ocupación de la Península Ibérica por los Romanos. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente empiezan a perfilarse las nuevas naciones europeas, con sus respectivas lenguas. El hundimiento del Imperio conlleva el de la lengua; el latín queda como lengua de la Iglesia y de la Academia. Y antes de pasar a la categoría de “lengua muerta”, genera varias hijas que la perpetuarán en Europa y fuera de ella: las lenguas neolatinas