La organización del trabajo en la escuela comenzó a estar fuertemente afectado desde
hace más de dos décadas por las reformas educacionales. Las reformas de los ´90
instalaron una impronta tecnocrática de control de los contenidos y de la tarea de
enseñar a través del paradigma de la “rendición de cuentas†y de desacreditación de la
tarea de enseñar. Algunas de esas medidas siguen vigentes en un contexto polÃtico
cualitativamente diferente, caracterizado por la recuperación del papel del Estado en
la esfera social. Destacaremos dos de esas continuidades: por un lado, las evaluaciones
de calidad de la educación en distintos niveles (internacional, nacional o local) con
estándares cuantificables. Por el otro, el trabajo en la institución escolar a través de
proyectos y programas a término, a través de formas flexibles de trabajo:
contrataciones, tutorÃas y trabajo no registrado. Ambos eventos habÃan llegado
acompañando la exclusión de amplios sectores de la escuela pública y del simultáneo
desarrollo de diversas formas de privatización. En esta ponencia nos vamos a referir a
algunos aspectos que, habiendo afectado gravemente la organización del trabajo
escolar durante los ´90, aún sobreviven a pesar de la redefinición del papel del Estado
en las polÃticas sociales.